miércoles, marzo 29, 2006

sobre la participacion democratica II

Gustavo escribió el 1 de febrero de 2006 un artículo de participación democrática. Este seria su secuela, con el objetivo de abrir mas incógnitas y no de solucionarlas, como de costumbre. Las soluciones deberían venir del consenso y luego del debate científico apropiado, que espero empiece en esta página.

Hoy salió publicado en WIKIPEDIA un artículo sobre el "voting turnover" lo que significa, en una traducción no oficial es "la cantidad de votantes que efectivamente acuden a votar". Esto evidentemente es un término que los ecuatorianos no usamos tan comúnmente como un instrumento de participación democrática, ya que en Ecuador el voto es una obligación y no un derecho, lo que resulta en su obligatoriedad. En las "democracias avanzadas" tenemos un derecho a voto, o voto voluntario, con lo que se puede medir el nivel de participación libre y democrática de sus ciudadanos. Mientras más ciudadanos ejercen su derecho a votar de manera libre y voluntaria, mas es el nivel de participación democrática. Esto no quiere decir que solo el votar es participar en la democracia, pero en la medida que un ciudadano vota libre y voluntariamente está mas predispuesto a actuar en los diversos ámbitos de la participación democrática, a diferencia del votante que solo lo hace para no pagar una multa. Es decir, la persona que vota voluntariamente, generalmente también hace uso de sus otros derechos que se derivan de una democracia, su derecho de petición, su derecho a ser elegido, su derecho de asociación, etc...

En esta línea copio el link referido http://en.wikipedia.org/wiki/Voter_turnout

¿Está listo el Ecuador para que el voto sea voluntario? ¿Necesitamos estar listos?

Necesitamos tomar en cuenta ciertos aspectos en el caso ecuatoriano. 1) la gente pobre que generalmente vota con el populista de turno, 2) la partidocracia que también mueve a su masa de gente y 3) quien realmente fueran las personas que dejarían de votar y decidirían no ejercer su derecho a voto.

No creo que el voto voluntario sea una solución mágica que conlleve la instauración de una democracia avanzada en el Ecuador, puede ser uno de sus pequeños pasos. El problema de la democracia en el Ecuador es que esta secuestrada por las personas que toman a la función pública como su medio para subsistir y para servirse del poder. El problema es de las personas, no de las instituciones ni del derecho. Es la idiosincrasia ecuatoriana.

martes, marzo 07, 2006

Burocracias privadas y abuso de la privacidad

El libro de George Orwell, 1984, representa de forma magnífica la alienación del invidivio frente al poder de las burocracias totalitarias.

En el mundo de 1984 reinan enormes jerarquías impersonales que deciden la vida de los individuos. El hombre común es sometido a un escrutinio constante por una burocracia omnímoda que carcome los márgenes de su vida privada so pretexto de servir a intereses institucionales cuando únicamente se sirve a sí misma. Todo esto se suma con una economía socialista para crear un mundo terrorífico, en el que reina un colectivismo atroz que ahoga las diferencias individuales y sistemáticamente arrasa con la humanidad de los que lo habitan.

Esta imágen de la burocracia como fuerza opresora y deshumanizante ha quedado vívidamente plasmada en la mente de los ciudadanos. Se la asocia con regímenes comunistas y en general con el Estado. A esta imágen se contrapone la imágen del capitalismo neoliberal y desregulador, su administración esbelta, su libre empresa, ágil, dinámica y eficiente. El concepto opuesto al demoníaco mundo de 1984 parece ser la ética de servicio del mundo capitalisata donde el ciudadano, que en la esquematización de JFK es ante todo un consumidor, siempre tiene la razón.

Si bien hay mucha verdad en atribuir la alegoría de Orwell a los estados comunistas, no debemos dejar que esta oposición ahogue nuestra capacidad crítica. Esta oposición conceptual de:

1.- Burocracia es igual a Estado, y

2.- Burocracia es opuesta a la libre empresa y a la iniciativa privada

resulta peligrosa cuando esconde el creciente poder de las burocracias privadas que solo aumenta en la desregulación capitalista.

Existe una inmensa cadena de mando de extensión internacional y de estructura totalitaria en la empresa privada. Mientras el consumidor se mantiene dentro de los márgenes que se esperan de él, es posible que esta estructura le sea transparente, pero en el momento que sale del curso que la empresa ha prescrito para la satisfacción de sus necesidades, se topa con una estrcutura laberintesca, opaca e inflexible, que existe primordialmente para su propio beneficio.

Todos hemos vivido pequeños ejemplos de esto, cuando hemos discutido con las empresas de transporte aéreo, con instituciones financieras o HMOs (Health Maintenance Organizations). Generalmente los problemas son insignificantes, pero mientras aumenta la tendencia a la privatización, y aumenta el tamaño de los mercados, el poder de estas burocracias aumenta, y también su capacidad para vulnerar sistemáticamente nuestros derechos.

No es mi intención de sonar alarmista y construir un problema político por la dificultad de lograr que una aereolínea reembolse unos pasajes, y vale mencionar de paso que mientras no se caiga en condiciones de monopolio, el daño que estas empresas pueden hacer se ve morigerado considerablemente. Pero es necesario mencioanr que ya existen violaciones no triviales de nuestros derechos que pueden ser fácilmente perpetradas por las grandes burocracias privadas bajo una profunda inmunidad, porque su falta de transparencia e inmensa extensión hace difícil la respuesta de la sociedad civil.

Ejemplo de esto es el abuso que se hace a nuestra privacidad y a nuestros datos personales. Las empresas privadas utilizan nuestros datos todo el tiempo, generando perfiles psicológicos con nuestros patrones de consumo. Invariablemente estamos formando parte de miles de bases de datos altamente valoradas, vemos prueba de esto cada vez que recibimos correo electrónico no deseado, cada vez que un buscador nos muestra publicidad concordante con nuestros intereses.

Un patrón de consumo, o de visitas a sitios web, revela muchas cosas a cerca de un individuo, cosas como sus creencias religiosas y políticas, su orientación sexual, sus enferemdades. Cosas que conforman la esfera privada del individuo, datos que el tiene derecho a mantener en secreto.
Cuando el mercado falla, le toca a la sociedad civil intervenir en defensa de sus intereses. Con o sin la mediación del Estado.

Cuando la estructura del mercado y de las empresas que intervienen en el mercado pone en riesgo la privacidad del individuo, es hora de crear estructuras que defiendan de forma efectiva esa esfera privada, que da dignidad a la vida en sociedad, que distingue a la democracia de aventuras totalitarias como la URSS Stalinista o la Oceanía del Gran Hermano.

Sin duda que las transgresiones que he mencionado pueden parecer triviales a algunos, yo discrepo, pero en todo caso, si hay lugar a la duda, creo que cuando se trata de defender la privacidad de los invididuos frente a organismos impersonales y no democráticos como la gran empresa debemos ser intolerantes. No sea que perdamos nuestro orgullo de hombres libres y nos acostumbremos a admitir ojos ajenos en nuestra casa.