jueves, febrero 09, 2006

TLC 1



Existe en la economía la concepción teórica de que el Tratado de Libre Comercio (TLC) beneficia a todos los que intervienen en el, sin consideración a la disparidad de poder económico de los participantes.

Esta concepción se basa en la ley (analítica) de la Ventaja Comparativa (VC). Bajo el prisma de la VC, el comercio beneficia a todos los participantes, y aunque las industrias menos competitivas sean desplazadas por las industrias extranjeras, las industrias competitivas crecerán a absorber el mercado laboral que aquellas abandonan. A la final los grandes ganadores son los consumidores, y como tendencia macro se produce una especialización regional que empuja a las curvas de producción hacia fuera. En otras palabras, a través de la eficiencia, crece el pastel.

Entonces, el TLC:

1) Beneficia a los consumidores puesto que se obtienen productos de menor precio y mayor calidad.

2) Aunque al principio parece desplazar a la vieja industria incapaz de competir en el mercado abierto, reemplaza esta industria con la nueva industria proveniente de la expansión de los sectores competitivos… Y quizás de la inversión extranjera.

Sin embargo, creo que es posible que esta visión neoclásica del libre comercio no sea tan perfecta. Esta visión abstrae muchos elementos que pueden ser críticos.

En primer lugar, es posible que la nueva industria no crezca con la suficiente velocidad como para absorber a la vieja industria desplazada. El mercado para la expansión de los sectores competitivos puede simplemente no existir, o por decisión de los empresarios, esta expansión puede contenerse.

Contener esta expansión es racional por dos motivos:

a) La expansión podría bajar los precios de los productos.

b) Si quiebra la vieja industria, va a haber una gran pérdida de viejos puestos de trabajo, al detener la expansión se obliga a los nuevos trabajadores a bajar sus exigencias laborales, se los presiona a un precio más bajo.

No puedo dejar de resaltar la importancia de b), este es el costo social del TLC, que muchas veces se escapa del cálculo económico. Es posible que eventualmente, cuando la industria competitiva se expanda, se recuperen los puestos laborales, pero esta renegociación probablemente deje a los trabajadores en una peor condición económica.

En segundo lugar, la expansión a través de la inversión extranjera puede no llegar por razones de riesgo país, esto de nuevo nos remite al costo social de la transición de la vieja industria desplazada a la nueva industria competitiva. Si la transición no es rápida, el caos y las protestas crearán una situación hostil para la inversión extranjera, inevitablemente. El fin de tal proceso es que para poder atraer la inversión extranjera reduzcamos nuestras exigencias laborales, de nuevo reduciendo la condición económica de la clase trabajadora.

El beneficio para los consumidores puede ser trivializado si consideramos que casi todo consumidor también es trabajador. De nada sirven mejores productos a menor precio si la capacidad adquisitiva del trabajador baja.

Finalmente existe otro elemento que hay que tomar en cuenta. La eficiencia económica no es el todo de las relaciones humanas, también existen relaciones de poder y de seguridad que hay que tomar en consideración. El TLC puede causar que nuestros medios de producción pasen masivamente a propiedad de extranjeros, y al perder industrias no competitivas pero vitales como la agricultura de consumo interno y la producción farmacéutica, es posible que el control de los países ricos sobre los países pobres se incremente. Vía el TLC aumenta la interdependencia, pero es diferente depender para satisfacer tus necesidades de camarones o de flores que depender para satisfacer tus necesidades de maíz y trigo. El sacrificio a la autonomía económica del país debe ser tomado en consideración.

A muchos países prósperos, esta pérdida de autonomía económica no les ha preocupado mucho, tal es el caso de Bélgica y Hungría, siendo esta más próspera que aquella. A ciertos sectores les desagrada este fenómeno pues consideran que socava la soberanía popular. Yo no creo que esto sea tan sencillo, pues no hay razón para pensar que las empresas extranjeras socavarían la soberanía popular más que los grupos de élite ecuatorianos ya existentes. El remedio para la injerencia empresarial en el gobierno es un Estado fuertemente institucionalizado y una sociedad civil fuerte y activa. Sin embargo no podemos dejar de considerar que países como EEUU mantienen una férrea disciplina política de seguridad nacional por encima de consideraciones económicas de eficiencia en áreas clave como la agricultura. Dadas nuestaras particulares circunstancias geo-políticas, parecería más razonable que Ecuador imitara el modelo Belga que el modelo Americano, pero en todo caso urge frenar la injerencia de los grandes poderes económicos en el proceso político. En todo caso, no creo que debamos trivializar este punto.

Este escrito no debe ser considerado un manifiesto anti-TLC, peor un manifiesto anti-mercados, lo que sería desnaturalizar mi intención. Únicamente pretendo poner en la mesa ciertos puntos que son de capital importancia para saber a que tendremos que atenernos en el futuro. Si las ventajas del TLC son al final más importantes que las objeciones planteadas es algo que no me corresponde a mi definir.

3 comentarios:

Marco Elizalde Jalil dijo...

El TLC desde mi perspectiva un procedimiento que no es beneficioso para el desarrollo del Ecuador. Como ecuatoriano me opongo.

Ahora como ciudadano consciente se que es un proceso inevitable, que viene impuesto desde arriba, desde el poder imperialista y no lo podemos evitar. Estar fuera del TLC podría traer peores consecuencias, que las que tendriamos en el caso de firmarlo.

Quiero recalcar las siguientes idea de Gustavo.

"b) Si quiebra la vieja industria, va a haber una gran pérdida de viejos puestos de trabajo, al detener la expansión se obliga a los nuevos trabajadores a bajar sus exigencias laborales, se los presiona a un precio más bajo." Esto es precisamente lo que quieren crear las multinacionales. Ellas huyen de sus países de origen, por el alto costo de la mano de obra y ya no pueden seguir expandiendose en los mercados asiáticos, porque sería depender demasiado de ellos. Necesitan diversificar su clase obrera, y ven en el TLC, la perfecta oportunidad para subyugar a nuestra clase trabajadora. Pero como dijo Gustavo, eso no quiere decir que las élites ecuatorianas no esten explotando en estos momentos a nuestros trabajadores. Pero me parece que el TLC lo puede empeorar.

Gustavo dice "El beneficio para los consumidores puede ser trivializado si consideramos que casi todo consumidor también es trabajador. De nada sirven mejores productos a menor precio si la capacidad adquisitiva del trabajador baja." Pero es que es inevitable este proceso. Vamos a tener menos poder adquisitivo, desde el momento que el capital ya no se concentre en pocas manos ecuatorianas sino peor aún en pocas manos de inversionistas extranjeros, a los cuales no podemos identificar de ninguna manera. El no identificarlos puede traer muchos consecuencias negativas.

"El sacrificio a la autonomía económica del país debe ser tomado en consideración." Esto tambien me parece que debe ser resaltado de manera mas profunda. Hoy en dia tenemos un país hundido en la miseria porque aceptamos las recetas predeterminadas del FMI, BM, etc, sin embargo sabemos que tenemos la oportunidad de algun dia poder cambiar el rumbo de este país. Porque el Ecuador todavia tiene una autonomía económica. Entonces el Ministro de Economía y de demas funcionarios pueden hacer algo por el Ecuador, si quisieran. Sin embargo al ceder nuestra autonomía económica, entragaríamos nuestro poder de decisión sobre estos asuntos fundamentales para el desarrollo de un país. Además, atrás de la multinacionales hay grandes grupos de lobby, que lo unico que pretenden hacer es mantener a los funcionarios de paises del tercer mundo satisfechos en sus necesidades basicas o congruas.

Creo que todo esto esta pasando actualmente en el Ecuador, pero es mi percepcion que van a aumentar radicalmente en el momento que las decisiones empresariales del Ecuador esten en manos de extranjeros. Hoy en dia sabemos quienes son los grandes empresarios ecuatorianos, podemos identificarlos y criticarlos. No vamos a poder hacer lo mismo despues.

Anónimo dijo...

La actitud crítica, observadora y la discusión siempre será saludable y por ello los felicito. Sin embargo, les comento que yo en cambio como ecuatoriano apoyo al TLC y creo que será beneficioso para el desarrollo del Ecuador. Les sugiero profundizar un poco más en el tema, este es un asunto que es muy importante estudiarlo a fondo antes de adoptar posturas muy radicales, especialmente si uno no es especialista en las ciencias económicas. Lo primero que hay que hacer es aprender de la historia y las experiencias ajenas. Pueden por ejemplo revisar la página del IEEP:
http://www.ieep.org.ec/. A continuación les copio además varios links a artículos que tratan algunas de las preocupaciones señaladas por ustedes:

http://www.ieep.org.ec/ieep/ieepsite/templates/articulos.aspx?articleid=418&zoneid=2

http://www.ieep.org.ec/ieep/ieepsite/templates/articulos.aspx?articleid=317&zoneid=2

http://www.ieep.org.ec/ieep/ieepsite/templates/articulos.aspx?articleid=264&zoneid=2

http://www.ieep.org.ec/ieep/ieepsite/templates/articulos.aspx?articleid=16&zoneid=2

http://www.ieep.org.ec/ieep/ieepsite/templates/articulos.aspx?articleid=40&zoneid=2

Flavio Arosemena Burbano

Anónimo dijo...

Un link adicional:

http://www.eluniverso.com/core/eluniverso.asp?fecha=03/10/2006&page=columnista&id=21&contid=0AB769C43CA3418CBC09AD0A6ED6CBE6&EUID=''