viernes, mayo 02, 2008

Descentralización???

El gobierno pretende descentralizar el Estado ubicando las diferentes sedes de los poderes del mismo en diferentes ciudades del país. El poder legislativo en Montecristi, el judicial en Cuenca y el ejecutivo en Quito. Se debe ser muy claro y contundente, el ubicar las sedes de los poderes del Estado en diferentes ciudades no es descentralizar. No se ha dividido territorialmente el poder político —a través de la creación de asambleas regionales legislativas—, ni se han creado nuevos centros de decisión política —con los poderes ejecutivos autonómicos—. Con esta reubicación sigue existiendo un solo poder legislativo, un ejecutivo y un poder judicial, sea cual sea su localización, que concentran todo el poder político y utilizan anacrónicas técnicas centralizadoras de gobierno.

Entonces, ¿porque quieren ubicar las sedes de los poderes del Estado en diferentes ciudades? Para crear una cortina de humo, un disfraz, un engaño que haga pensar que existen procesos de descentralización cuando en realidad no ocurren. Eso no es descentralizar.

Ahora en el caso de que esta absurda reubicación tenga éxito, la pregunta es ¿porque no se consideró a la ciudad con mayor población y motor económico del Ecuador? Este gesto simbólico carece de importancia funcional —dado que no existe de por medio una descentralización efectiva— pero, de hacerse, revista una gran importancia simbólica. Como se sabe los símbolos, carecen de una importancia práctica, pero recubren una inmensa importancia emocional e histórica. Entonces si lo que se quiere es encender la llama de la independencia, lo mejor es despojar a un colectivo, por la fuerza, de su identidad y de su lugar en la historia. Basta con mirar lo que hizo Franco con los vascos o los ingleses con Irlanda y que dieron origen a ETA y al IRA, respectivamente.

Suerte han tenido los políticos ecuatorianos a lo largo de la historia que no se haya creado un movimiento semejante que —reivindicando la legitimidad de la declaración de Independencia del 9 de Octubre de 1822 y el Estado de la Provincia Libre de Guayaquil— reclame la independencia de esta ciudad. Menos legitimación histórica ha dado origen a partidos políticos o movimientos independentistas en otras partes del mundo. Por ejemplo, en Galicia, existe el Bloque Nacionalista Gallego, en Cataluña, Convergencia y Unión, e incluso en Milán existe la Liga del Norte. Y digo suerte desde la absoluta convicción de que semejante movimiento sería nefasto para el Ecuador y para Guayaquil, y también lo sería el ideal nacionalista en las presentes circunstancias. Nada más el costo de una guerra civil de independencia sería desde el punto de vista humano incalculable y desde el punto de vista económico inmanejable.

Es indudable que semejante irrespeto a Guayaquil despojándola de una de las sedes de los poderes del Estado, traerá consecuencias más graves de las que prevén los asambleístas, ya que los símbolos crean llamas y éstas incendios, que a veces se tornan incontrolables. Esperemos que este no sea el caso y que se otorgue a Guayaquil lo que se merece.

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